viernes, 23 de enero de 2009

¿AMENAZA PARA QUIÉN?



Hace poco leí un artículo en el periódico El País, con un título bastante impactante: “Las aves, una amenaza para la aviación”. De entrada sentí indignación, como suele suceder cada vez que me topo con estas muestras de marcado antropocentrismo comunes en el día a día y a lo largo de la historia, especialmente desde los tiempos del Renacimiento. No culpo a sus autores, pues este es un pensamiento que por su antigüedad y conveniencia, está bastante arraigado.


En el artículo, se exponen los inconvenientes que suponen los impactos por aves a los aviones, entre ellos, millonarios sobrecostos operativos de las compañías de aviación. Sin embargo y aunque resulten sorprendentes los riesgos que pueden acarrear los encuentros entre pájaros y aeronaves, no puede desconocerse que han sido ellos los dueños del aire desde hace mucho tiempo atrás, pues evolucionaron desde hace 150 millones de años, mientras que nuestros primeros antepasados homínidos aparecieron apenas hace unos 4.5 millones. Además, pese a lo indiscutiblemente útil y benéfico que ha sido el desarrollo de la aviación para la especie humana, estas máquinas voladoras no prestan ningún servicio dentro de los sistemas naturales y son, por el contrario, generadores de notables impactos ambientales (contaminación atmosférica y acústica, emisión de gases de invernadero, alto consumo energético, entre otros)


Ahora, si las seguimos concibiendo como un peligro para los aviones los colombianos tendríamos un espacio aéreo bastante hostil, pues nuestro país cuenta con mayor número de especies de aves registradas (1.986 a diciembre de 2006, según Proaves) otro de los privilegios de vivir en la Esquina Verde del Planeta.



Fotografía: Juan Fernando Conde Libreros


Lejos de ser esto un factor negativo es una de las cifras ecológicas que mejor hablan de nuestra biodiversidad a nivel mundial. Además, ¿Qué sería de nuestra ciudad, nuestro país y nuestro mundo sin las aves? Son seres que con sus cantos y colores adornan y embellecen las calles, los parques e incluso nuestros colegios y campus universitarios. Nos han acompañado en nuestro trasegar por la tierra y están también en nuestras simbologías, culturas y modos de vida. Cabe anotar, que no todo es maravilloso en esta convivencia ave-humano pues la cacería, la deforestación, el tráfico de mascotas, entre otras indeseables acciones hoy tienen amenazadas al 9% de nuestra avifauna nacional, incluyendo al 62% de los endemismos, que quiere decir, las especies que sólo se encuentran en nuestro país.Ahora podemos preguntarnos, ¿Quién amenaza a quien?


Juan Sebastián Posada Montoya
Area Eco-Natural


Para saber más:
http://www.proaves.org/IMG/pdf/Listado_de_Avifauna_Colombiana_2007_-_Checklist_of_Colombian_Avifauna_2007_-_ProAves-2.pdfhttp://www.proaves.org/http://www.elpais.com.co/paisonline/ediciones_anteriores/ediciones.php?p=/historico/ene182009/PRI

viernes, 16 de enero de 2009

¿Quién contamina mi aire?



¿Quién contamina mi aire? es una pregunta muy normal, pero no muy frecuente. En estos días todos hablamos sobre el calentamiento global y sobre las nuevas afecciones que se están presentando en nuestra vida diaria, pero no nos damos cuenta que la situación está empeorando, porque nos hemos acostumbrado progresivamente al daño que hemos ocasionado y a nosotros nos parece que no hemos hecho mayor impacto negativo.

Al hacernos esta pregunta llegamos a la conclusión que es nuestra falta de pertenencia por un regalo que nos ha sido otorgado, pero que no lo reconocemos como tal, debido a la normalidad con que lo obtenemos. No es de extrañarse que en unos pocos años se empiece a vender aire, como el agua, ¿hace unos 100 años, quien iba a creer que el vender agua fuera un buen negocio?

Si no queremos llegar a estos extremos, lo que debemos hacer es dirigirnos hacia aquellas prácticas garantes de un ambiente saludable: cuidar nuestros bosques, cambiar nuestros combustibles fósiles por energías limpias y no hacer quemas inapropiadas como por ejemplo: basuras, pastizales.


Fotografía: Jhon Jairo Salamanca


Nuestra Colombia, es un país muy afortunado gracias a que poseemos inmensas riquezas naturales e hídricas, que merecen nuestro cuidado para tener un equilibrio natural y ecológico estable, por eso, debemos tener mayor conciencia en cómo nuestras acciones afectan de manera positiva o negativa nuestro entorno.

Gran parte del pulmón del mundo se encuentra en Colombia y debemos protegerlo y cuidarlo como a nuestra madre, nuestra tierra.

Camilo Jordán
Área Eco Natural